miércoles, 3 de abril de 2013

Tabúes



Un tabú es aquello que no se puede tocar, ni mirar y menos aún, darle vida dentro del pensamiento. Con el tabú sucede lo mismo que con todo lo que se prohíbe, se convierte en lo más deseado.
Si bien el tabú es un conjunto de prohibiciones, difiere de una ley, porque quien lo incumple está realizando una ofensa a lo divino o sobrenatural, por lo que el castigo sobrevendría de los dioses o de los espíritus. Se puede escapar de la ley humana pero no, de la ley divina o esotérica. Los tabúes van apareciendo a medida que los seres humanos le van dando formas místicas a sus propios miedos. Surgen precisamente de la superstición, y la creencia de que existen seres superiores, quienes serían capaces de castigarnos si no se los respeta. Los tabúes son muy antiguos, ya que los sentimientos religiosos aparecen en muchos sucesos de la antigüedad. Los primeros tabúes fueron fomentados por el temor a perder las cosechas, caer en desgracia, tener mala suerte o no obtener una buena caza. v A medida que los pueblos antiguos aumentaban su religiosidad, aumentaban sus temores hacia el castigo de los mismos dioses que creaban. Esa necesidad de buscar ayuda en el más allá, los llevo a creer que lo malo podía venir, también, de ese más allá.

De ahí que si bien los dioses podían proteger una tribu también, podían castigarla si no se los honraban o si se los ofendía. Además, el acceso a los recintos donde moraban los dioses esta solamente permitido a unos elegidos, para el resto su acceso era un tabú. La religión y la magia de la antigüedad se basaron en tabúes para mantener sus secretos, ya que esto les servía a los hechiceros y sacerdotes para mantener fuera del alcance de los demás, los símbolos o elementos mágicos, las oraciones y los rituales que les aseguraban ser especiales. Los mismos gobernantes y religiosos fueron los que impusieron penas o sanciones a aquellos que rompían una prohibición o tabú. Podían ser aislados o desterrados según las culturas, los que los llevaba a perder la protección de la tribu o del clan al que pertenecían. También se realizaban castigos físicos como mutilaciones o ejecuciones en rituales. Pero en la mayoría de las culturas, el mayor castigo a quien rompiera un tabú, era el de recibir la ira de los dioses, que podía manifestarse como una enfermedad, como una maldición a toda la familia, como un castigo en la eternidad.

Esto también les provocaba un castigo social, pues nadie se quería tratar o vivir cerca de quien podía recibir la ira de los dioses. Los tabúes o actitudes prohibidas son innumerables, y van desde tocar objetos, nombrar personas, visitar lugares sagrados, mirar a los ojos a los gobernantes o hasta algún pensamiento erótico. Existen tabúes auditivos o verbales, como los de usar frases negativas que puede provocar a los espíritus, el decir u oír el nombre de un dios, teniendo que nombrarlo simplemente como ser supremo o simplemente como él, usar determinadas palabras que solo eran transmitidas de un sacerdote a otro.

Tabúes ornamentales que prohíben el uso de determinados objetos, determinados colores, de algunos instrumentos utilizados solo para los rituales, en el templo de Salomón, por ejemplo, no se permitía usar instrumentos de hierro, este metal introducido en santuarios o templos griegos provocaban ofensas a los dioses. Para los sacerdotes romanos por otro lado, era tabú usar nudos en sus prendas, pues se consideraba que estos impedían la fluidez del alma. En algunas culturas el tabú de la cabeza es mayor que el de los órganos sexuales, pues la consideran pura. También encontramos tabúes zonales, que impiden pasar o pisar algunos lugares sagrados, tabúes sexuales que impiden determinadas conductas sexuales, tabúes religiosos, tabúes funerarios, como no tacar a los muertos. Tabúes sociales, como no comer determinados alimentos o tabúes políticos, como no mirar ni tocar a ciertos gobernantes o jefes de tribus. Es cierto también, que muchos sacerdotes, místicos, chamanes y gobernantes hicieran del tabú una ley escrita solo para su propio beneficio. En la actualidad ya casi no existen tabúes, estos fueron reemplazados por leyes, solo algunos de carácter religioso siguen aún vigentes. En la actualidad se podría decir que los tabúes tienen carácter emocional, un miedo interno que no teme a la ira de los dioses sino al repudio social. Si bien el tabú goza ya de cierto conocimiento, aún perdura en la sociedad a través de sociedades sumamente religiosas o resabios de culturas primitivas, provocando una apertura a la maldición si se rompe.


A través de los tiempos los conceptos de tabú y eufemismos han ido evolucionando, de hecho algunas palabras eufemísticas se han reconvertido de nuevo en tabúes y han sido de nuevo ocultadas. En este artículo se definen los términos, se ejemplifican y además se sitúa su uso en contexto.



Tabúes y eufemismos

Los tabúes son las palabras que hacen referencia a temas considerados desagradables por una cultura y que, por tanto, son consideradas soeces, vulgares y de mal gusto. Suelen referirse a cuatro temas fundamentales: el sexo; lo escatológico (los excrementos y ciertas partes del cuerpo); la muerte y la enfermedad; la religión y lo sobrenatural. No todas las palabras de la lengua tienen la misma consideración entre los hablantes. Mientras que la mayoría de ellas se emplean sin reparos en cualquier situación, algunas tienen un uso mucho más restringido debido a que se consideran poco elegantes, ofensivas o inapropiadas. Las palabras tabú son llamadas así porque los hablantes tienden a evitarlas en situaciones formales.
Las palabras malsonantes o tacos, generalizadas en el habla coloquial, están relacionadas con los tabúes lingüísticos. Se trata de palabras aisladas o frases cortas sin significado, que permiten al hablante manifestar sus emociones y tensiones, su agresividad y violencia, su sorpresa e incluso su alegría. A menudo se recurre a eufemismos cambiando el significante de los tacos, de las maldiciones y de las blasfemias. Así, la referencia a Dios se ha disfrazado en diez, y al diablo en diantre.

Los eufemismos son las palabras o expresiones que los hablantes utilizan en sustitución de las palabras tabú. Así, mucha gente utiliza los eufemismos partes íntimas por órganos sexuales; hacer aguas mayores por defecar; pasar a mejor vida por morir; o el maligno por el Diablo; invidente por ciego o persona entrada en años por viejo. Lo mismo que el uso de una palabra tabú puede sonar en ciertas circunstancias como grosero, el uso de un eufemismo suena a veces como afectado, ridículo o inapropiado. Así ocurre, por ejemplo, con términos como pipí o pompis.

Saber adecuar las palabras a las diferentes situaciones comunicativas es un indicio de nuestro dominio de la lengua; por eso, conviene tener presente que tan inapropiado puede ser usar un término tabú en una situación formal como optar por un eufemismo en una de carácter coloquial o familiar.

TABUES